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Ventajas de un GPS en condiciones extremas de montaña

El uso de un GPS de altas prestaciones tiene un mayor impacto cuando hablamos de usarlo en condiciones extremas de alta montaña.

Planificación previa de tu ruta

La planificación de una travesía en alta montaña no es un tema que deba tomarse a la ligera. Caminar por ciertos pasajes montañosos tiene una gran recompensa por la vista y las sensaciones que se vive, pero también entraña unos riesgos que una buena preparación debe mitigar.

Primero de todo está la planificación previa. Es importante reconocer bien el terreno y anticiparse a los problemas que puedan surgir. En este sentido, herramientas como Land permiten visualizar, analizar y sobre todo marcar no sólo la ruta que se quiere recorrer, sino también las alternativas a tomar si la ruta principal no puede llevarse a cabo. En la montaña no todo es predecible: desde desprendimientos a pequeños accidentes pueden obligarte a dar rodeos o cambiar el itinerario. Los planes B deben estar muy presentes y tenidos en cuenta antes de partir.

GPS, tu compañero de aventuras ideal

Una vez en ruta, el compañero inseparable de la aventura va a ser el GPS. Si la ruta está bien trazada, será la herramienta que nos marcará el ritmo a seguir y nos guiará por el camino previsto. Un buen GPS de montaña debe tener una capacidad de batería cercano a las 16 horas, para no sólo permitirnos travesías de varios días, sino para que no nos falle si algo se complica y necesitamos mucho más tiempo para llegar a destino. Sobretodo si guiamos un grupo con poca experiencia, el ritmo puede no ser el previsto; si a un bajo ritmo se nos suma algún día un cambio brusco de tiempo, niebla o cualquier otra inclemencia de tiempo habitual en la montaña, una excursión de 5 horas puede acabar requiriendo de más de 10 horas… y no será precisamente en esa excursión en la que querrás que tu GPS se quede sin batería. Por lo tanto, a la alta montaña, ¡con las pilas bien cargadas!

Otro de los aspectos muy relevantes en excursiones exigentes es disponer de una cartografía de una fuente de reconocido prestigio y actualizada que nos permita ver y entender por dónde estamos caminando. Teniendo el track de la ruta prevista, la cartografía no parece importante, y lo es poco, hasta que nos vemos en la necesidad de modificar nuestros planes por cualquier motivo. Ya sea por un cambio de tiempo o por un incidente en alguien del grupo, por tener que buscar una fuente de agua o cobijo, rara es la travesía que no requiere ajustar el recorrido en algún momento del día. Y es entonces cuando una buena cartografía de base nos permite redibujar un recorrido con seguridad en base a lo que vemos y no en base a lo que intuimos puede haber. Salirse de un recorrido conocido puede ser delicado según qué zona, pero hacerlo sin saber en qué otro terreno estás llevando al grupo puede considerarse una imprudencia. Por lo tanto, otra de las claves de seguridad en la alta montaña es disponer de un GPS con la mejor cartografía de la zona. En este aspecto, si además el dispositivo GPS tiene un tamaño de pantalla generoso y la posibilidad de una visión en 3D, estos cambios de recorrido se ajustarán más cómodamente y nos permitirán explicarlo bien a todo el grupo.

“¿Cuánto falta?”, es la pregunta que siempre sale, sobre todo yendo con niños o gente menos experimentada. En la montaña no se puede engañar al grupo o peor aún, no tener esta información clara, porque un error de cálculo puede hacer que te caiga la noche cuando aún faltan algún kilómetro para llegar al refugio o al destino previsto. Y eso puede ser sinónimo de accidentes, desesperación y, en general, de problemas de grupo. Los datos de tiempos, distancias, ascensiones pendientes, … son datos muy relevantes que no se tienen que pormenorizar. No es lo mismo dos kilómetros paseados al borde del mar, que tenerlos que ascender a 2.000 metros con un grupo cansado, cargado con sus mochilas, quizás frío y con ganas de llegar. Los datos son muy distintos en la montaña, y hay que conocer bien qué distancia y ascensión puede hacer cada integrante del equipo y valorar los descansos adecuadamente. Al fin y al cabo, se trata de disfrutar, no sólo de llegar.

Finalmente y para que todo estos puntos puedan llevarse a cabo, el dispositivo GPS debe ser robusto, a prueba de golpes, de impactos de caidas, de agua. Y es que en la montaña tropezarse con una piedra y que salga todo volando es lo menos que te puede pasar. Por este motivo, son muy recomendables los dispositivos preparados para impactos, con bordes de goma y con pantallas protegidas con Gorilla Glass o similar. A todos nos ha cogido lluvia alguna vez, así que un equipo con protección IP67 es lo mínimo para no arriesgarte a quedarte sin tu equipo precisamente en plena tormenta.

Como todos sabemos, equiparse para la alta montaña no es equiparse según la previsión que hará sino equiparse por si nos encontramos con condiciones mucho peores que las que se preveían. Y es precisamente para estas condiciones más duras para las que se diseñan los dispositivos GPS de alta montaña, para ser el compañero que te guíe en los momentos más difíciles.

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